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viernes, 29 de junio de 2012

Un Estilo de vida diferente



La serie de entrevistas que hemos publicado en la Revista  100% Judo de los distintos atletas y entrenadores venezolanos que nos han mostrado el amor y la dedicación por este deporte, nos han permitido observar de cerca todo su trabajo y darlo a conocer a nuestros lectores.
Ejemplo de esta entrega es el profesor Ignacio Ríos, que ha hecho del judo una forma de vida.
Nos encontramos en el Parque Naciones Unidas; es hora de entrenar a los atletas que asistirán a las Olimpíadas Londres 2012. Ríos saborea un café marrón y sonríe cuando llegan los recuerdos de su niñez…
  -Cuando estaba pequeño, mi papá me decía que practicara judo. Tenía entonces 12 años, pero yo le decía que eso era un deporte de salvajes; luego cuando empecé a estudiar en el Pedagógico de Caracas, comencé a ver las prácticas de judo, me gustaron y me inicié en el deporte en ese momento.
Y ahora ¿puedes vivir sin el judo?
-Para mí el judo es mi vida… es un estilo de vida, él se mete entre nosotros y diariamente lo llevamos a todas parte.
Los niños ante todo
Profesor de Educación Física egresado de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador Instituto Pedagógico de Caracas y entrenador de judo en el Club Vertical. Ríos tiene 27 años dedicado a esta arte marcial, tiempo en el cual se hizo merecedor del cinturón negro: “soy segundo dan”
-¿Cómo fueron sus inicios como atleta?
-Bueno, participaba en los entrenamientos continuamente, asistía a campeonatos de segunda categoría que son de cinturones blancos a verdes, a campeonatos universitarios, pero siempre estaba en mí la parte pedagógica, la parte de enseñar a los chamos a hacer judo.
-¿Hay técnicas en el judo que son difíciles de desarrollar?
-Yo creo que a medida que van avanzando las técnicas se van haciendo más complicadas, pero a medida que se van aprendiendo se  ejecutan como más facilidad. Para un cinturón de menos rango se le harían más difíciles algunas técnicas, que para un cinturón negro, por ejemplo, pero a medida que van evolucionando en las prácticas su desarrollo es  más fácil.
-¿Ha ido usted a una Olimpiada? de no ser así, ¿le hubiese gustado asistir a una?
-No. No he ido a una competencia de esa envergadura, pero me hubiese encantado asistir a una y tener esa oportunidad tan valiosa de representar a mi país, y sí hubiese sido un sueño cumplido.
-¿Cómo llego a ser entrenador de judo?
-Comencé a ser entrenador porque la profesora Coromoto Antomarcci -quien fue mi sencei en el Club Vertical-, decía que le gustaba como yo trataba a los niños, de hecho un sencei del Pedagógico decía que yo debía trabajar con niños y enseñar judo a los niños, pero quien me abrió las puertas fue la profesora Coromoto.
-¿Usted siempre quiso ser entrenador?
-Sí, y específicamente de niños, ahora con los años me siento capacitado para trabajar en todos los niveles.
-Al descubrir que le gustaba enseñar, ¿usted estudio una carrera, para llegar a ser una persona preparada  en todo sentido deportivo?
-La parte pedagógica puede ser aplicada en diferentes campos, en cuanto a ser entrenador si he realizado algunos cursos, y algo muy importante es la experiencia con los años uno va mejorando, pero la práctica es una de las cosas importantes.
-¿Sientes que eres una competencia para otros profesores de judo?
-Yo creo que no, creo que cada uno tiene su estilo, pero creo que en mi estilo soy el mejor.
-¿Cuántos alumnos tienes en tus entrenamientos?
-Aproximadamente tengo entre 60 y 70alumnos
-¿Te gusta trabajar más con niños que o adultos?
-Creo que me gusta trabajar más con los niños porque es el fututo, pero por supuesto que si trabajo con adultos, me gustaría llevarlos hasta el final de adultos.
-¿Qué aspira de esos niños?
-Primero que sean buenos judokas, que sean campeones mundiales, que sean lo mejor del mundo, pero que también sean ciudadanos útiles, personas integras, profesionales, buenas personas.
-¿Ellos tienen que cumplir algún requisito para practicar este deporte?
-No en primera instancia, yo creo que le debe gustar, que le guste hacer judo y bueno que combinen judo con sus estudios, no pueden hacer judo y dejar de estudiar, hay algo que siempre les digo a mis alumnos, es que  “para ser cinturón negro, uno de los requisitos es que tienen que ser estudiantes universitarios” a diferencias de otras artes marciales te pide que para ser cinta negra debes estudiar en la universidad.
-¿Has formado atletas que hayan ido a las olimpiadas?
-Si claro, próximamente Ricardo Valderrama irá a las olimpiadas en Londres 2012 y bueno es una atleta que forme yo, por lo que siento un orgullo enorme, él está conmigo desde que tenía 10 años más o menos y ahora mira a donde ha llegado, para mí él es el mejor del mundo y eso es un logro y también para el club El Vertical.
-¿Cuál cree que sería el reto de esos niños a los cuales le está inculcando el judo?
-Para la mayoría de ellos es ser campeones del mundo y yo creo que para muchos es importante tener un cinturón negro, ser grandes, montarse en el podium y tener muchas medallas en todas las competencias que puedan asistir.
-¿Cuál será su reto como entrenador o considera que ya lo cumplió?
- ¿mi reto? Llevar a todos esos chamos a lograr el éxito y que todos sean campeones mundiales, ahí si me quedaré tranquilo cuando vea a esos niños realizados como grandes judokas.
-¿Es estricto con sus alumnos?
-SÍ, si soy estricto, pero al momento de aplicar la pedagogía uno tiene que alzar la cuerda como un papagayo, pero también uno debe recórtales esa cuerda. Tú, como judoka (cinturón negro) lo sabes.
­-¿Tiene alumnos con algún tipo de discapacidad?
-Sí, claro, tengo algunos alumnos con discapacidades, con problemas severos de aprendizaje, algunos tienen problemas si puede decir cerebrales, pero sin embargo están aquí en el judo.
-¿Cómo los trata durante los entrenamientos?
-Para mi todos son iguales a pesar que tienen esa deficiencia mucha gente no sabe que ellos tienen esos problemas porque yo no los marco.
-¿Qué te ha dejado el judo como enseñanza de vida?
-Me ha enseñado a ser más calmado, más tranquilo y más dedicado
Ignacio Ríos se despide, regresa al dojo donde sus alumnos lo esperan, pero aún a la distancia se puede escuchar su voz que ordena: “Ahime”.

Por: Merly Llamoza

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