Mendicidad en Venezuela
Aproximadamente 6 mil venezolanos
viven en la indigencia
Venezuela tiene 13,2% de niños viviendo en
hogares de indigencia, cercano al porcentaje de América Latina calculado en 18,7%
Cerca
del amanecer, se puede ver a una veintena de personas, entre hombres y mujeres,
atestadas a las puertas del mercado de Quinta Crespo. Algunos, aunque todos con
sus ropas y cuerpos sucios, pasarán el día tratando de conseguir dinero para
comer y mantener a sus familias.
Comúnmente
llamados mendigos o “pedigüeños”, estos seres viven en situaciones de pobreza
extrema. La palabra,
derivada de mendum (defecto) en
latín, se refiere a una persona que tiene un defecto físico, condición que le
impide trabajar y con la cual gana la compasión y generosidad de la gente,
aunque puede resultar a la inversa, piden para no trabajar.
“La mendicidad es cuando un individuo
rompe sus lazos familiares y sociales y vive en situación de calle”, explica la
socióloga y especialista en protección social del Banco Interamericano de
Desarrollo, Xiomara Alemán. “Usualmente es la forma en que viven y es su única
opción desde su perspectiva. No es que se acostumbren a pedir, es una forma de
vida que adoptan por algún padecimiento o por encontrarse en situaciones
vulnerables desde el punto de vista social y emocional”, aseguró.
Los detonantes para que una persona
caiga en estado de abandono son muchos ya que pueden ser de carácter
psicológico, emocional o social. La clave radica en trabajar para identificar
las causas que conducen a este comportamiento, en su mayoría asociadas a la
pobreza, vulneración de derechos y situación de violencia.
Mendicidad en Venezuela
En Venezuela, según cifras de la misión Negra Hipólita,
organismo dependiente del Viceministerio de Protección Social, a su vez encargado
de atender y referir a instituciones especializadas a personas en estas
condiciones, cerca de 6 mil personas se hallan en situación de abandono, la
mayoría concentradas en las zonas urbanas.
Esto incluye los casos de menores de
edad quienes son referidos a unidades especializadas que tiene el ente rector en materia de protección
a niños, niñas y adolescentes, adscrito al Ministerio del Poder Popular para
las Comunas y Protección Social, IDENA. Por su parte, el
Viceministerio de Protección Social posee un programa de prevención orientado
hacia los jóvenes llamado “¡Epa tú!” en
el que se acercan a los barrios a través de la música urbana como el hip hop y
el reggaetón. “La idea es enganchar a las personas a través de la música para
luego seguir unos protocolos existentes que sirven para diagnosticar y apoyar en
la restitución de lazos familiares y sociales”, afirmó Alemán.
En Caracas es común ver a personas en situación de
calle en las adyacencias de Quinta
Crespo, Catia, Capitolio, Petare, Nuevo Circo y Caño Amarillo. También se verán
en las instalaciones cercanas al metro o al subirse a unidades de transporte
público.
Según la especialista, este problema está
vinculado directamente con el acceso a mejores oportunidades y al
desenvolvimiento individual y colectivo ya que “en la medida en que hay menos
pobreza, hay más desarrollo debido a que hay más educación, salud, innovación y
oportunidades”, aseguró.
Así mismo, resulta
primordial destacar la importancia del trabajo en la atención de la pobreza y
en la prevención de riesgos, brindando atención y apoyo en factores de
protección.
Testimonios de
varias de las personas que trabajan en las inmediaciones del mercado de Quinta
Crespo manifestaron que la mayor cantidad de mendigos se ven por la noche. Muchos
de ellos aparecen para recoger la basura que queda del día.
Este es el
testimonio del señor Jonathan Flores, que trabaja como moto taxista de Quinta
Crespo, en la esquina de San Juan: “Los mendigos piden colaboraciones y plata para droga, beber y cubrir otros vicios. Más no
piden para una necesidad”.
De manera inusual
se consiguió un puesto de la Policía Nacional Bolivariana en el medio de las
tres salidas del metro de la estación Capitolio, y consultándoles a ellos
(muchos estaban como personal de apoyo) alegaron no conocer la zona. Sin
embargo, los sargentos Borges y Machado afirmaron que “en Petare se ven muchos
mendigos. En ocasiones son violentos, muy pocos son pacíficos, pero el 70% son
violentos. Algunos de ellos piden plata o cuidan vehículos”.
Otro testimonio fue
el de la señora María Herrera, que se encontraba en una unidad de transporte en
la que un pedigüeño se subió a pedir plata. “He visto muchas personas tiradas
al abandono que no tienen recursos. Y algunas veces he colaborado con ellos
dándoles algo de dinero. En Plaza Venezuela, y en el Palacio de Justicia es
donde más los he visto”, afirmó.
Pobreza en Latinoamérica
A pesar de que las cifras
oficiales muestran un descenso del índice de pobreza en Venezuela (27,8%), el último informe de la
Comisión Económica para América Latina y el Caribe, perteneciente al programa
del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (CEPAL/UNICEF) referido a la
pobreza de los niños en América Latina, muestra que Venezuela tiene un 13,2% de
niños viviendo en hogares de indigencia, cercano al porcentaje de América Latina
calculado en 18,7%
El caso venezolano resulta particular
pues la pirámide poblacional permite observar que la mayoría de la población se
encuentra en el rango de etario entre los 0 a los 24 años (55,24%) y las cifras
oficiales permiten visualizar que en el país existen conductas riesgosas como
el abandono escolar de los jóvenes (55,7%), una tasa de fecundidad en
adolescentes de 97 nacimientos por cada 1.000 y una tasa de homicidio entre
jóvenes de 64,2% por 100.000. Dichas cifras nos ubican a la cabeza de los
países de Latinoamérica y el Caribe, después de Jamaica, El Salvador y Colombia.
En el caso de los niños y
jóvenes, textos literarios sobre experiencias internacionales y nacionales han demostrado la importancia de
trabajar propiciando habilidades y destrezas para el buen vivir o vivir sano.
La Organización Mundial de la Salud, OMS en conjunto a la Organización
Panamericana de la Salud, OPS elaboró hace un par de décadas un modelo para
propiciar valores que mejoraran el rendimiento estudiantil. El modelo consistía
en difundir habilidades o destrezas psicosociales de los individuos.
También hacia la década de
los ochenta, Goldstein y Glick (1987) integraron a esta propuesta tres
habilidades (sociales, cognitivas y para el control de las emociones) en un
programa denominado “Aggression Replacement Training”, en español,
Entrenamiento de Sustitución de la Agresión “el cual ha permitido en algunos
países, incluyendo a Venezuela, restituir socioemocionalmente gente en situación
de calle”, afirmó Alemán.
¿Cómo combatirlo?
Expertos en el área aseguran que el
proceso de restitución socio-emocional lleva tiempo, pues se trata de un estado
anímico, pero también social, económico y psicológico.
“Debemos entender que para las
personas en esta condición, la esperanza y el proyecto de vida se desvanece.
Volverlo a tomar lleva un tiempo y se requiere del apoyo de diversos expertos”,
explicó Luisa Núñez, psicólogo social del instituto Asociación Venezolana de
Padres y Amigos de Niños Excepcionales, AVEPANE.
Ambas especialistas, tanto Alemán como Núñez
coincidieron en que se debe trabajar en modelo de
prevención y atención en el marco de un enfoque intersectorial, de género e
intercultural, prestando particular atención a los más pobres y a las nuevas
generaciones.
Periodismo avanzado
Adelaida Bolivar C.I
193162.807
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