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jueves, 5 de julio de 2012


Mendicidad en Venezuela
Aproximadamente 6 mil venezolanos viven en la indigencia

Venezuela tiene 13,2% de niños viviendo en hogares de indigencia, cercano al porcentaje de América Latina calculado en 18,7%
Cerca del amanecer, se puede ver a una veintena de personas, entre hombres y mujeres, atestadas a las puertas del mercado de Quinta Crespo. Algunos, aunque todos con sus ropas y cuerpos sucios, pasarán el día tratando de conseguir dinero para comer y mantener a sus familias.
Comúnmente llamados mendigos o “pedigüeños”, estos seres viven en situaciones de pobreza extrema. La palabra, derivada de mendum (defecto) en latín, se refiere a una persona que tiene un defecto físico, condición que le impide trabajar y con la cual gana la compasión y generosidad de la gente, aunque puede resultar a la inversa, piden para no trabajar.
“La mendicidad es cuando un individuo rompe sus lazos familiares y sociales y vive en situación de calle”, explica la socióloga y especialista en protección social del Banco Interamericano de Desarrollo, Xiomara Alemán. “Usualmente es la forma en que viven y es su única opción desde su perspectiva. No es que se acostumbren a pedir, es una forma de vida que adoptan por algún padecimiento o por encontrarse en situaciones vulnerables desde el punto de vista social y emocional”, aseguró.
Los detonantes para que una persona caiga en estado de abandono son muchos ya que pueden ser de carácter psicológico, emocional o social. La clave radica en trabajar para identificar las causas que conducen a este comportamiento, en su mayoría asociadas a la pobreza, vulneración de derechos y situación de violencia.

Mendicidad en Venezuela
 En Venezuela, según cifras de la misión Negra Hipólita, organismo dependiente del Viceministerio de Protección Social, a su vez encargado de atender y referir a instituciones especializadas a personas en estas condiciones, cerca de 6 mil personas se hallan en situación de abandono, la mayoría concentradas en las zonas urbanas.
Esto incluye los casos de menores de edad quienes son referidos a unidades especializadas que tiene el ente rector en materia de protección a niños, niñas y adolescentes, adscrito al Ministerio del Poder Popular para las Comunas y Protección Social, IDENA. Por su parte, el Viceministerio de Protección Social posee un programa de prevención orientado hacia los jóvenes llamado  “¡Epa tú!” en el que se acercan a los barrios a través de la música urbana como el hip hop y el reggaetón. “La idea es enganchar a las personas a través de la música para luego seguir unos protocolos existentes que sirven para diagnosticar y apoyar en la restitución de lazos familiares y sociales”, afirmó Alemán.
En Caracas es común ver a personas en situación de calle en las adyacencias  de Quinta Crespo, Catia, Capitolio, Petare, Nuevo Circo y Caño Amarillo. También se verán en las instalaciones cercanas al metro o al subirse a unidades de transporte público.
Según la especialista, este problema está vinculado directamente con el acceso a mejores oportunidades y al desenvolvimiento individual y colectivo ya que “en la medida en que hay menos pobreza, hay más desarrollo debido a que hay más educación, salud, innovación y oportunidades”, aseguró.
Así mismo, resulta primordial destacar la importancia del trabajo en la atención de la pobreza y en la prevención de riesgos, brindando atención y apoyo en factores de protección.
Testimonios de varias de las personas que trabajan en las inmediaciones del mercado de Quinta Crespo manifestaron que la mayor cantidad de mendigos se ven por la noche. Muchos de ellos aparecen para recoger la basura que queda del día.

Este es el testimonio del señor Jonathan Flores, que trabaja como moto taxista de Quinta Crespo, en la esquina de San Juan: “Los mendigos piden colaboraciones y plata para droga, beber y cubrir otros vicios. Más no piden para una necesidad”.

De manera inusual se consiguió un puesto de la Policía Nacional Bolivariana en el medio de las tres salidas del metro de la estación Capitolio, y consultándoles a ellos (muchos estaban como personal de apoyo) alegaron no conocer la zona. Sin embargo, los sargentos Borges y Machado afirmaron que “en Petare se ven muchos mendigos. En ocasiones son violentos, muy pocos son pacíficos, pero el 70% son violentos. Algunos de ellos piden plata o cuidan vehículos”.

Otro testimonio fue el de la señora María Herrera, que se encontraba en una unidad de transporte en la que un pedigüeño se subió a pedir plata. “He visto muchas personas tiradas al abandono que no tienen recursos. Y algunas veces he colaborado con ellos dándoles algo de dinero. En Plaza Venezuela, y en el Palacio de Justicia es donde más los he visto”, afirmó.

Pobreza en Latinoamérica
A pesar de que las cifras oficiales muestran un descenso del índice de pobreza en Venezuela (27,8%), el último informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, perteneciente al programa del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (CEPAL/UNICEF) referido a la pobreza de los niños en América Latina, muestra que Venezuela tiene un 13,2% de niños viviendo en hogares de indigencia, cercano al porcentaje de América Latina calculado en 18,7%
El caso venezolano resulta particular pues la pirámide poblacional permite observar que la mayoría de la población se encuentra en el rango de etario entre los 0 a los 24 años (55,24%) y las cifras oficiales permiten visualizar que en el país existen conductas riesgosas como el abandono escolar de los jóvenes (55,7%), una tasa de fecundidad en adolescentes de 97 nacimientos por cada 1.000 y una tasa de homicidio entre jóvenes de 64,2% por 100.000. Dichas cifras nos ubican a la cabeza de los países de Latinoamérica y el Caribe, después de Jamaica, El Salvador y Colombia.
En el caso de los niños y jóvenes, textos literarios sobre experiencias internacionales  y nacionales han demostrado la importancia de trabajar propiciando habilidades y destrezas para el buen vivir o vivir sano. La Organización Mundial de la Salud, OMS en conjunto a la Organización Panamericana de la Salud, OPS elaboró hace un par de décadas un modelo para propiciar valores que mejoraran el rendimiento estudiantil. El modelo consistía en difundir habilidades o destrezas psicosociales de los individuos.
También hacia la década de los ochenta, Goldstein y Glick (1987) integraron a esta propuesta tres habilidades (sociales, cognitivas y para el control de las emociones) en un programa denominado “Aggression Replacement Training”, en español, Entrenamiento de Sustitución de la Agresión “el cual ha permitido en algunos países, incluyendo a Venezuela, restituir socioemocionalmente gente en situación de calle”, afirmó Alemán.
¿Cómo combatirlo?
Expertos en el área aseguran que el proceso de restitución socio-emocional lleva tiempo, pues se trata de un estado anímico, pero también social, económico y psicológico.
“Debemos entender que para las personas en esta condición, la esperanza y el proyecto de vida se desvanece. Volverlo a tomar lleva un tiempo y se requiere del apoyo de diversos expertos”, explicó Luisa Núñez, psicólogo social del instituto Asociación Venezolana de Padres y Amigos de Niños Excepcionales, AVEPANE.
Ambas especialistas, tanto Alemán como Núñez coincidieron en que se debe trabajar en modelo de prevención y atención en el marco de un enfoque intersectorial, de género e intercultural, prestando particular atención a los más pobres y a las nuevas generaciones.

Periodismo avanzado
Adelaida Bolivar C.I 193162.807

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