Aún en la
actualidad no existe evidencia científica concluyente sobre la magnitud de los
efectos de los anabolizantes-androgenizantes.
Los esteroides: una causa perdida
El sentirse
fuerte y con un cuerpo imponente ante la sociedad son una de las razones más
fuertes del consumidor de esteroides (la vanidad).
En las ultimas décadas, son muchos los jóvenes
que incurren en la ingesta desmesurada de anabólicos, hormonas de crecimiento u
otras sustancias que contribuyan con un aumento considerable de masa muscular. Estas
sustancias por lo general de origen sintético influyen en gran medida en la
conducta de quien las consume, teniendo como consecuencia actos de agresividad
que afectan tanto al individuo como a todo lo que lo rodea. Es por ello, que el
abuso de estas drogas acarrea graves efectos secundarios, físicos y
psicológicos, que en algunos casos pueden ser irreversibles.
El mayor rendimiento deportivo, extradeportivo y el logro de los niveles
máximos de ejecución han favorecido en gran medida a los consumidores de
sustancias anabólicas. Según la investigación publica en la Revista de
Psicología del Deporte1998; “los anabolizantes más utilizados por deportistas y
personas amantes del fitness., son la
hormona del crecimiento (GH) y, especialmente, la testosterona (T) en sus
presentaciones sintéticas. En 1935 comenzó la síntesis en laboratorio de sustancias
que maximizaran el crecimiento de tejidos (efecto anabólico) a la vez que
minimizaran los efectos masculinizantes (efecto androgénico). Sin embargo, los
efectos anabólicos y androgénicos de la “T” son el resultado de la interacción
de la hormona con los mismos receptores, por lo que ambos efectos son
inseparables, de ahí que su correcta denominación sea la de esteroides
anabolizantes-androgenizantes (EAAs). La primera vez que los “EAAs” fueron
usados para incrementar la masa muscular y la agresividad fue durante la II
Guerra Mundial, siendo administrados a las tropas alemanas. El uso en el deporte
comenzó a principios de los 50, cuando el rendimiento de varios equipos de
levantadores de peso mejoró notablemente y estos cambios fueron atribuidos al
consumo de andrógenos. A mitad de los 50, fueron administrados a deportistas de élite rusos y americanos, extendiéndose su consumo
paulatinamente a otros deportes como el hockey, el ciclismo, el fútbol y el
balonmano. Esta evolución del consumo se manifestó en las competiciones deportivas:
se detectó como un importante problema en los Juegos Olímpicos de Tokio de 1964
y en 1976 los “EAAs” fueron incluidos por el Comité Olímpico Internacional en
el listado de sustancias prohibidas. A pesar de que desde entonces los programas
de detección se han perfeccionado mucho, su consumo siguió aumentando de tal
modo que en los Juegos Panamericanos de 1983, 19 deportistas fueron
descalificados por esta razón.”
Ahora bien, la agresividad que presentan, en su gran mayoría, los consumidores
de esteroides se debe a niveles elevados de testosterona en el cuerpo, lo cual
origina incremento en su virilidad más de lo normal. Generalmente, estas drogas
son prohibidas en el deporte pero no ilícitas para su venta son utilizadas por
muchos de vía intramuscular u oral, ya que en las farmacias se puede conseguir
con el nombre de decadurabulin, el
cual es un anabolizante y polisteron, el
cual es andrógeno (testosterona). Sí
bien las mismas poseen efectos secundarios ¿por qué son licitas?, estas
sustancias como muchas otras de la misma índole son indicadas por los médicos
especialistas en casos de desnutrición, para que el individuo asimile la mayor
cantidad de proteínas que poseen los alimentos, también en casos de perdida estrepitosa
de fuerza muscular, entre otros.
En la actualidad existen laboratorios destinados a la creación de “EAAs”
de manera ilegal, los cuales crean dichas drogas con una dosis más fuerte para
así obtener un mayor incremento muscular. Por consiguiente, la agresividad de
los consumidores se incrementa de manera descontrolada, originando problemas en
el seno de la familia, como a las personas que los rodea, pero en especial el
trato de la pareja experimenta un cambio, ya que el mismo se encuentra más
volátil e irritable a cualquier altercado que pueda tener la pareja; sin
embargo, el acto sexual se convierte en un tanto más duradero, debido a la
ingesta de testosterona, como ya se
ha venido exponiendo.
Muestra del alcance que pueden tener anabolizantes-androgenizantes es Jesús
Arévalo, abogado de 28 años de edad, el cual en su adolescencia incurrió a la
ingesta de esteroides ocasionándole problemas a nivel hepático, entre otros.
“Yo comencé a utilizar esteroides a la edad de 17 años, venia saliendo del
liceo, es decir, de convertirme en bachiller, los anabólicos me hicieron pasar
de 68 kg a 95 kg de pura masa muscular”, así lo expreso el entrevistado. Por
otra parte, la conducta de Arévalo sufrió serio trastornos, “cuando ya tenía un
cierto tiempo utilizando estas drogas, pase de ser un chamo tranquilo a
volverme agresivo e impulsivo, a tal punto que mi primera novia la perdí por
esta situación”; al pasar del tiempo su cuerpo también sufrió cambios que a la
postre marcarían su vida, “utilice esteroides por más de dos años en ciclos
comprendidos de 4 semanas con 1 mes de descanso, mí musculatura incremento pase
a tener el bíceps junto al tríceps en 44cm de circunferencia. Me sentía en mi
mejor momento, porque por un lado netamente ligado a la vanidad mi cuerpo se
veía tan perfecto que me hacía despertar una que otra mirada de muchas
mujeres”, aunque la vida que llevaba con estos abusos a su salud le dieron
satisfacción personal, no todo fue color de rosas, “la infinidad de cuidados
del hígado, el exceso de cremas para la piel no me ayudaron en lo más mínimo,
para que hoy en día no posea problemas hepáticos y un centenar de estrías. Pero
lo que más lamento es que de tanto tratar de subir de peso y tener un cuerpo
envidiable hoy por hoy volví a donde empecé con el mismo cuerpo y prácticamente
que el mismo peso”, así lo expreso con inmenso pesar el entrevistado.
Por último, un porcentaje indeterminado de abusadores de esteroides
puede que se vuelvan adictos a esta sustancia, según se evidencia por el uso
continuo de los esteroides a pesar de los innumerables problemas físicos y los
efectos negativos sobre las relaciones sociales. También suelen perder mucho
tiempo y dinero obteniendo las drogas, que es otra indicación de que pueden
estar adictos. Las personas que abusan de esteroides pueden padecer de los
síntomas del síndrome de abstinencia cuando dejan de tomar esteroides, entre
los cuales están cambios en el estado de ánimo, fatiga, desasosiego, pérdida de
apetito, insomnio, disminución del deseo sexual y deseo vehemente por seguir
usando esteroides. Es por ello, que el uso de los mismos no tiene diferencia
alguna al adicto y consumidor de drogas estupefacientes, ya que ambos poseen
ciertas características que los identifican, pero teniendo siempre en cuenta
que el consumidor de esteroides ve como lo que quiso hacer por mera vanidad o
por ayudarse con su rendimiento físico se ve perdido en el vacío.
Bibliografía.
Arnedo
María Teresa, Ricarte Jorge; Revista de Psicología del Deporte. 1998. Vol. 7,
núm. 2, pp. 215-231.
Rafael Pirela Ci. 21.468.501
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