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jueves, 6 de septiembre de 2012



 Aún en la actualidad no existe evidencia científica concluyente sobre la magnitud de los efectos de los anabolizantes-androgenizantes.
Los esteroides: una causa perdida
  El sentirse fuerte y con un cuerpo imponente ante la sociedad son una de las razones más fuertes del consumidor de esteroides (la vanidad).
    En las ultimas décadas, son muchos los jóvenes que incurren en la ingesta desmesurada de anabólicos, hormonas de crecimiento u otras sustancias que contribuyan con un aumento considerable de masa muscular. Estas sustancias por lo general de origen sintético influyen en gran medida en la conducta de quien las consume, teniendo como consecuencia actos de agresividad que afectan tanto al individuo como a todo lo que lo rodea. Es por ello, que el abuso de estas drogas acarrea graves efectos secundarios, físicos y psicológicos, que en algunos casos pueden ser irreversibles.
   El mayor rendimiento deportivo, extradeportivo y el logro de los niveles máximos de ejecución han favorecido en gran medida a los consumidores de sustancias anabólicas. Según la investigación publica en la Revista de Psicología del Deporte1998; “los anabolizantes más utilizados por deportistas y personas amantes del fitness., son la hormona del crecimiento (GH) y, especialmente, la testosterona (T) en sus presentaciones sintéticas. En 1935 comenzó la síntesis en laboratorio de sustancias que maximizaran el crecimiento de tejidos (efecto anabólico) a la vez que minimizaran los efectos masculinizantes (efecto androgénico). Sin embargo, los efectos anabólicos y androgénicos de la “T” son el resultado de la interacción de la hormona con los mismos receptores, por lo que ambos efectos son inseparables, de ahí que su correcta denominación sea la de esteroides anabolizantes-androgenizantes (EAAs). La primera vez que los “EAAs” fueron usados para incrementar la masa muscular y la agresividad fue durante la II Guerra Mundial, siendo administrados a las tropas alemanas. El uso en el deporte comenzó a principios de los 50, cuando el rendimiento de varios equipos de levantadores de peso mejoró notablemente y estos cambios fueron atribuidos al consumo de andrógenos. A mitad de los 50, fueron administrados  a deportistas de élite rusos  y americanos, extendiéndose su consumo paulatinamente a otros deportes como el hockey, el ciclismo, el fútbol y el balonmano. Esta evolución del consumo se manifestó en las competiciones deportivas: se detectó como un importante problema en los Juegos Olímpicos de Tokio de 1964 y en 1976 los “EAAs” fueron incluidos por el Comité Olímpico Internacional en el listado de sustancias prohibidas. A pesar de que desde entonces los programas de detección se han perfeccionado mucho, su consumo siguió aumentando de tal modo que en los Juegos Panamericanos de 1983, 19 deportistas fueron descalificados por esta razón.”
   Ahora bien, la agresividad que presentan, en su gran mayoría, los consumidores de esteroides se debe a niveles elevados de testosterona en el cuerpo, lo cual origina incremento en su virilidad más de lo normal. Generalmente, estas drogas son prohibidas en el deporte pero no ilícitas para su venta son utilizadas por muchos de vía intramuscular u oral, ya que en las farmacias se puede conseguir con el nombre de decadurabulin, el cual es un anabolizante y polisteron, el cual es andrógeno (testosterona). Sí bien las mismas poseen efectos secundarios ¿por qué son licitas?, estas sustancias como muchas otras de la misma índole son indicadas por los médicos especialistas en casos de desnutrición, para que el individuo asimile la mayor cantidad de proteínas que poseen los alimentos, también en casos de perdida estrepitosa de fuerza muscular, entre otros.
   En la actualidad existen laboratorios destinados a la creación de “EAAs” de manera ilegal, los cuales crean dichas drogas con una dosis más fuerte para así obtener un mayor incremento muscular. Por consiguiente, la agresividad de los consumidores se incrementa de manera descontrolada, originando problemas en el seno de la familia, como a las personas que los rodea, pero en especial el trato de la pareja experimenta un cambio, ya que el mismo se encuentra más volátil e irritable a cualquier altercado que pueda tener la pareja; sin embargo, el acto sexual se convierte en un tanto más duradero, debido a la ingesta de testosterona, como ya se ha venido exponiendo.
   Muestra del alcance que pueden tener anabolizantes-androgenizantes es Jesús Arévalo, abogado de 28 años de edad, el cual en su adolescencia incurrió a la ingesta de esteroides ocasionándole problemas a nivel hepático, entre otros. “Yo comencé a utilizar esteroides a la edad de 17 años, venia saliendo del liceo, es decir, de convertirme en bachiller, los anabólicos me hicieron pasar de 68 kg a 95 kg de pura masa muscular”, así lo expreso el entrevistado. Por otra parte, la conducta de Arévalo sufrió serio trastornos, “cuando ya tenía un cierto tiempo utilizando estas drogas, pase de ser un chamo tranquilo a volverme agresivo e impulsivo, a tal punto que mi primera novia la perdí por esta situación”; al pasar del tiempo su cuerpo también sufrió cambios que a la postre marcarían su vida, “utilice esteroides por más de dos años en ciclos comprendidos de 4 semanas con 1 mes de descanso, mí musculatura incremento pase a tener el bíceps junto al tríceps en 44cm de circunferencia. Me sentía en mi mejor momento, porque por un lado netamente ligado a la vanidad mi cuerpo se veía tan perfecto que me hacía despertar una que otra mirada de muchas mujeres”, aunque la vida que llevaba con estos abusos a su salud le dieron satisfacción personal, no todo fue color de rosas, “la infinidad de cuidados del hígado, el exceso de cremas para la piel no me ayudaron en lo más mínimo, para que hoy en día no posea problemas hepáticos y un centenar de estrías. Pero lo que más lamento es que de tanto tratar de subir de peso y tener un cuerpo envidiable hoy por hoy volví a donde empecé con el mismo cuerpo y prácticamente que el mismo peso”, así lo expreso con inmenso pesar el entrevistado.
   Por último, un porcentaje indeterminado de abusadores de esteroides puede que se vuelvan adictos a esta sustancia, según se evidencia por el uso continuo de los esteroides a pesar de los innumerables problemas físicos y los efectos negativos sobre las relaciones sociales. También suelen perder mucho tiempo y dinero obteniendo las drogas, que es otra indicación de que pueden estar adictos. Las personas que abusan de esteroides pueden padecer de los síntomas del síndrome de abstinencia cuando dejan de tomar esteroides, entre los cuales están cambios en el estado de ánimo, fatiga, desasosiego, pérdida de apetito, insomnio, disminución del deseo sexual y deseo vehemente por seguir usando esteroides. Es por ello, que el uso de los mismos no tiene diferencia alguna al adicto y consumidor de drogas estupefacientes, ya que ambos poseen ciertas características que los identifican, pero teniendo siempre en cuenta que el consumidor de esteroides ve como lo que quiso hacer por mera vanidad o por ayudarse con su rendimiento físico se ve perdido en el vacío.



  
Bibliografía.
Arnedo María Teresa, Ricarte Jorge; Revista de Psicología del Deporte. 1998. Vol. 7, núm. 2, pp. 215-231.

Rafael Pirela Ci. 21.468.501

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